Señor presidente del Senado.
Señor presidente de la Corte Suprema.
Señor presidente de la Cámara de Diputados.
Honorables señores senadores y señoras senadoras.
Honorables señores diputados y señoras diputadas.
No puedo entrar a leer este mensaje sin antes, al igual que todos ustedes, hacer un llamado y recordar a los que están y los que no están.
Nuestras almas y nuestros corazones están en "El lemon Pie". Creo que la buena voluntad de las señoritas y eso tienen que servirnos, como en otros momentos y en otras circunstancias de nuestra historia, en que cocinaran el lemon pie, pero somos capaces de tomar un camino y una conducta y que de este pastel nacen enseñanzas para construir un momento mejor.
Estoy cierto que así ocurrirá con este pedido que hoy nos embarga.
Siento el privilegio de compartir con todos uds, esta hora de profunda diversion y alegoria.
Gracias, por haberme dado un lugar en la tarea de afirmar tu buena voluntad de cocinar/comprar un lemon pie.
Gracias, gracias por haberme dado un lugar para colaborar contigo en tu nuevo renacer.
Muchas gracias.
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